viernes, 30 de septiembre de 2011

Gato montés y mucho más en la vuelta a Laciana

El pasado mes de agosto, como cada año, volví a pasar unas semanas de veraneo en el pueblo, en el valle de Laciana. Como siempre aproveche para andar por el monte todo lo que pude, moviendome también por valles vecinos tanto de León como de Asturias. Uno de los alicientes de ir al pueblo, en plena Cordillera Cantábrica, para mi es la variedad de mámiferos, especialmente carnivoros, que por alli se mueven. A todos se nos viene a la cabeza que este es el último refugio del oso pardo, pero ni mucho menos está solo: lobo, armiño, marta, o gato montés son otros carnívoros que tienen en esas montañas uno de sus principales bastiones.

Sin embargo, aunque sabemos que están ahi, es bastante complicado observarlos. Por suerte este año tuve de nuevo la suerte de compartir algún ratín de monte con Héctor Ruiz de Zona Osera y junto a su padre Tino, su primo Dani y mi novia Inma pude compartir mi primera observación de una de estas especies: el gato montés.
Joven gato montés (Felis silvestris)

Se trata de un ejemplar muy joven, probablemente de primer año, pero se disfrutó igual. Los que sigais el blog de Héctor sabreis que él y su gente son enamorados y grandes conocedores de esta especie, lo que facilitó mucho la observación y el acercamiento. Le vimos a gran distancia merodeando por unos praos cercanos a un hayedo en busca de caza y le esperamos tumbados en la zona por la que pensabamos que pasaría. Efectivamente el gato acabo llegando muy cerca de nosotros, y en un momento dado cuando estaba a unos 15 metros se paró, agachando las orejas: habia oido algún roedor. Asi estuvimos unos 10 minutos con el gato quieto, mirando al suelo, medio agachado esperando a su presa y nosotros esperandole a él. Al final optamos por retirarnos con discrección ya que siendo un animal tan joven la captura, si es que la conseguia, podia hacerse esperar demasiado. La verdad es que es una satisafacción volver al punto de partida donde nos esperaban Tino e Inma y observar con el telescopio que el animal sigue en el mismo sitio, a lo suyo. Le observamos, le fotografiamos y no le molestamos para nada. Asi se disfruta el doble.

Pese a la cercania no pude hacerle ninguna foto mejor que la que he puesto arriba asi que para compensar os dejo un video (podeis verlo en HD) del gato acercandose mietras Héctor y Dani le fotografian:


Y una foto que amablemente me ha cedido el amigo Héctor para que aprecieis mejor al ejemplar:

Joven gato montés. Fotografía de Héctor Ruiz

Hasta aqui la historia del gato y dejo a los carnívoros para continuar hablando de otros mamíferos de los que he podido disfrutar. Empiezo con el rebeco cantábrico, el ungulado por excelencia de las cumbres en estos valles.

Rebeco cantábrico (Rupicapra pyrenaica parva).

La verdad es que cuando te pegas una paliza tratando de acercarte a ellos en su medio, te das cuenta de que tu tienes que hacer más ejercicio y ellos están impresionantemente adaptados a las empinadas laderas y las escarpadas cumbres. Pese a todo pude acercarme bastante a este ejemplar, que creo que es un joven, y hacerle alguna fotillo:



Y si en las cumbres reina el rebeco, en los bosques lo hace el corzo. Aunque para observarlos, mas sencillo que los bosques son las zonas de claros o praderas donde se dejan ver al amanecer y atardecer. Disfruté bastante con un grupo formado por un macho, dos hembras y una cria, a los que observé largo y tendido sin que ellos me vieran en ningún momento (aunque si me intuian).

 Corza (Capreolus capreolus).

Corzo, macho.

Corzos macho y hembra.

Corzo macho con las dos hembras.

Corzo macho con hembra y cria.

Y para terminar con los mamíferos os diré que no todo es disfrute, también hay momentos de tensión. Asi ocurrió por ejemplo el día que me encontré cara a cara (casi literalmente) en un claro del bosque con una piara de 7 jabalís adultos acompañados de sus rayones, que no parecieron demasiado preocupados por mi presencia, lo cual me preocupó a mi. Sin tenerlas todas conmigo les hice algunas fotos hasta que en un momento dado decidieron correr al interior del bosque para alivio de ambas partes.

Jabalí (Sus scrofa).

Jabalís.

Toca ahora hablar de aves, aunque este año no les he dedicado el tiempo que merecen. Lo más curioso tal vez ha sido poder observar de cerca a un ratonero cazando desde el suelo. Estás rapaces son muy abundantes por su capacidad de adaptación, por su resistencia y por su inteligencia. A mi me parecen, salvando las distancias, los zorros del mundo de las rapaces. Sobre todo cuando los ves asi, caminando por los prados en busca de presas y saltando encima de ellas, como si de raposos se tratase.

Joven ratonero común (Buteo buteo) cazando desde el suelo.

Ratonero común.


Por lo demás, de aves poca cosa. Os dejo algunas fotos de especies típicas de la zona:

Escribano cerillo (Emberiza citrinella).

 Joven mirlo acuatico (Cinclus cinclus).

Alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio) y su pollo.

Carbonero palustre (Parus palustris).

Paso ya a la herpetofauna, que también me ha dejado buenos momentos. Especialmente una inofensiva culebra lisa europea que tuvo a bien posar para mi, aunque un poco a la defensiva al principio y al final directamente cabreada y tirandose a morder, momento en que decidí agradecerle la sesión y dejarla tranquila:

Culebra lisa europea (Coronella austriaca).

Os dejo algunas fotos más de la austriaca:





También pude ver una culebra viperina, aunque está se escapo casi antes de empezar la sesión y varias lagartijas roqueras y serranas, las más abundantes de la zona:

Culebra viperina (Natrix maura).

 Lagartija serrana (Iberolacerta monticola).

Lagartija roquera (Podarcis muralis).

 Lagartija roquera (Podarcis muralis).

De los anfibios lo más destacado fue esta rana bermeja de buen tamaño y un color más dorado de lo habitual:

 Rana bermeja (Rana temporaria).

Y las ranitas de San Antonio:



Y ya para terminar, una breve pasada por el mundo de los pequeños pero no menos importantes invertebrados, del cual lo desconozco todo.  Empiezo por esta hermosa araña, a la que apenas pude fotografiar ya que se escondió rapidamente entre la hierba:

Erasus niger.

Se trata de una Erasus niger, una de las arañas más bonitas y llamativas que tenemos. Parece una de esas arañas peludas tropicales pero en miniatura (esta media aproximadamente 1 cm).

Y termino con los caballitos del diablo, que estaban entretenidos persiguiendo a las hembras para reproducirse:


Cuando algún macho conseguia unirse a la hembra el resto de machos iban a molestar para separalos y ocupar su lugar. Tan ensimismados estaban en sus persecuciones y peleas que alguno acabó como veis, en la red de esta araña:


Ley natural...en fin, esto ha sido todo. Perdonad por el tocho pero os aseguro que me he dejado muchas cosas en el tintero. Y es que unas semanas por este paraiso de la Cordillera Cantabrica dan para mucho.

Un saludo y hasta la próxima. 

4 comentarios:

  1. Angel fenomenales fotos,pero lo mejor de todo es lo que tu disfrutas haciendolas.

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  2. Me ha encantado la entrada, pero no has contado del todo la odisea de la culebrita, jjjj.
    Me encanta como cuentas las experiencias, hace que me apetezca volver alli cada año.
    Un beso: Inma

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  3. En verdad que no se puede mostrar más biodiversidad en un solo reportaje. Desde luego que es para que estemos locos por nuestra fauna ibérica, es maravillosa, inmejorable.Saludos

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