sábado, 11 de junio de 2011

CABAÑEROS 2ª PARTE

Hola a tod@s

como ya podéis ver en la entrada anterior de Angel, estuvimos por Cabañeros.
Las fotos son muy parecidas y no os voy a contar nada nuevo (maldita carraca) asi que lo voy a complementar un poco mas con alguna fotillo,


Buitre negro



Triguero





Milano negro

Alcaudón común


Gorrión moruno

Abejaruco europeo

Cernícalo vulgar




Golondrina común


Espero que os gusten
Hasta la próxima

sábado, 4 de junio de 2011

Cabañeros pasado por agua.

Hola de nuevo. Llevo más tiempo del que pensaba sin actualizar, pero trataré de ir poniendome al día con las fotos e historias que se acumulan. 

Para empezar, hoy os cuento como nos fue la pasada Semana Santa en la que decidimos pasar unos días en el Parque Nacional de Cabañeros. Este paraje es famoso sobre todo por la berrea del ciervo pero es también un lugar maravilloso para observar aves, lo que nos animó a visitarlo en primavera. Con lo que no contabamos es con el diluvio que iba a caer en Semana Santa por casi toda España. 

Asi nos recibía un buitre negro en nuestra primera excursión por Cabañeros:

Buitre negro (Aegypius monachus) aguantando el temporal.

La fuerte lluvia nos dió muy poco descanso. Aún asi pudimos observar un buen número de especies de aves: milanos negro y real, aguila calzada, buitres negro y leonado, cigüeñas blanca y negra, alcaudones común y real, gorrión moruno, abejaruco, triguero, colirrojo real, garzas real e imperial, garcilla bueyera, golondrinas común y dáurica, andarrios chico, zampullín, ánade real...por nombrar sólo algunas.

Parejita de alcaudones comunes (Lanius senator).

Cigüeña blanca (Ciconia ciconia).

Abejaruco (Merops apiaster).

 Triguero (Miliaria calandra).

 Otro triguero, incansables marcando territorio.

Pero aunque, como os digo, vimos bastante variedad de especies, no hubo mucha suerte con las que teniamos marcadas como objetivos: el elanio azul y la carraca. 
Del elanio no encontramos ni rastro. A la carraca la localizamos desde el primer día: una pareja en actitud de cortejo utilizaba habitualmente un árbol seco como posadero. El problema era que ese árbol estaba dentro de una finca privada a unos 200 metros de la valla, lo que dificultaba la observación y hacia imposible la fotografía. Sin embargo, la suerte nos sonrió y casualmente conocimos al dueño de la finca el día antes de regresar a Madrid, y nos dió permiso para intentar fotografiar a las carracas. Asi, la última mañana antes de irnos, hicimos una espera bajo una red de camuflaje cerca del posadero. El tiempo estaba revuelto, había muy poca luz y mucho viento, aunque al menos no llovía. Pero las carracas no quisieron colaborar, seguramente porque nuestro camuflaje improvisado no las convencía. El único que utilizó fugazmente el posadero fue un cernícalo vulgar que enseguida nos caló y se marchó, no sin antes posar para una fotillo:

Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) en posadero de carraca.

Las que si quisieron colaborar y al final se convirtieron en protagonistas del viaje, fueron las golondrinas comunes. Estaban por todas partes, siempre dispuestas a posar para la foto mientras hacían una pausa para descansar en la construccuón de sus nidos, que lo mismo instalaban en el patio de la casa en que nos alojabamos como dentro de uno de los observatorios de aves del Parque. Os dejo algunas foticos de estas hermosas y simpáticas aves:

 Golondrina común (Hirundo rustica) bajo la lluvia.


De los mamíferos, el objetivo era la nutria y tampoco hubo suerte. Si pudimos ver ciervos, aunque lejanos, y un machete de corzo que levantamos de su encame.
La lluvia daba pocas opciones de hacer excursiones, asi que teniamos que conformarnos con lo que nos quedaba más cerca, como la flora o el mundo de los insectos, del que somos totalmente profanos. Aqui algunas fotos:

 Jara común (Cistus ladanifer).

Jaguarzo morisco (Cistus salvifolius).

 Mariposa sin identificar.
Al final, más allá de la fauna o la flora, pudimos disfrutar simplemente del paisaje de la "sabana" de Cabañeros.

"La Raña"

Y la lluvia, que nos impidió patear el monte todo lo que hubiesemos querido y nos fastidió bastantes observaciones, al final nos compensó sobradamente por las molestias con el espectaculo del arcoiris, brindándonos algunos de los arcos mas increibles que he visto nunca. Con ellos me despido.






Hasta pronto...