El mirlo común es un ave ampliamente distribuida, que resulta común y abundante practicamente en toda Europa. Frecuentemente habita en la cercania del hombre y es una de las aves de jardin más tipicas en los nucleos urbanos. Concretamente en Madrid podemos observarlo en cualquier parque o jardin con facilidad.
Es sencillo ver como se alimentan, como realizan el cortejo, como cantan y se pelean lo machos, como transportan material para el nido, etc. Prácticamente todo el ciclo vital de los mirlos sucede delante de nuestros ojos, a la puerta de casa.
Más dificil, sin embargo, resulta localizar el nido de una de estas aves tan abundantes. A la hora de ubicar el nido son mucho más discretas de lo que aparentan en el dia a dia y normalmente lo esconden dentro de setos o arbustos tupidos, muy cerca de nosotros pero fuera del alcance de nuestra vista.
Pero en ocasiones la mala suerte se puede cebar con estos habitantes del jardin, como ha ocurrido con esta familia que os voy a mostrar. Estaban tan agustito dentro de un seto de los muchos que hay por el barrio, hasta que al jardinero le dió por recortarlo dejandolos totalmente al descubierto:
Nido de mirlo común (Turdus merula), al descubierto.
Mamá mirlo custodiando el nido.
El nido, que ha quedado al descubierto, acoge a tres pollos de mirlo que pese a la falta de intimidad siguen siendo cebados y cuidados por su madre. Todos, madre e hijos, permanencen absolutamente silenciosos y discretos en todo momento sabiendo lo facil que puede resultar descubrirles.
Aprovechando un momento en que la madre se marchó a buscar ceba para su prole, me acerqué al nido lo suficiente como para poder mostraros a los tres mirlines:
Si la supervivencia ya es un reto en si, estos pequeños lo tienen un poco más dificil por culpa del inoportuno jardinero. De todos modos confio en que salgan adelante. Ya han superado algunas pruebas duras, como el ruido de la podadora a centimetros de su cara, o las duras tormentas de estos días. A su favor tienen que en una semana o dos podrán volar y que el seto se encuentra en un callejón poco transitado y alejado de la acera, lo que ayuda a estar algo menos expuestos.
De momento su secreto solo lo conocen mi hermano, que hizo el descubrimiento pese a no saber distinguir un mirlo de un gorrión (gracias por la información) y sus amigos y ya están todos amenazados en caso de que les ocurra algo a los pequeños. Así que solo me queda desearles suerte para que puedan abandonar pronto esa casa tan indiscreta.
que pequeñicos, que pena que no pude verlos antes de que volaran del nido.
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