lunes, 25 de marzo de 2013

Terminando el invierno (2ª parte)

Vamos con esta segunda y última entrada resumiendo lo que he observado este invierno que acaba de terminar. Esta vez voy a empezar hablando de rapaces. Para mi, las más caracteristicas del invierno aqui en Madrid son los milanos reales.

Milano real (Milvus milvus).

Residente escaso en la región, en los meses de invierno sus números se multiplican exponencialmente gracias a las aves que llegan del norte de Europa y casi resulta dificil no ver alguno cuando uno sale al campo.


Milano real.

Es una gozada observar las acrobacias de estas "cometas rojas" como les llaman los britanicos. Otra especie de rapaz con la que he disfrutado mucho este invierno ha sido con el halcón peregrino. Habitante cada vez más escaso en los cortados yesiferos del Parque del Sureste, sólo había podido verlos en dos ocasiones y de manera fugaz. Hasta este invierno, que he tenido ocasión de observar con calma a una pareja.

Halcón peregrino (Falco peregrinus).

Pude ver cicleos y piruetas de uno de los inividuos que terminó por perderse en la lejanía y poco despues al otro indivuo que salió en su busca. Pense que los había perdido y me dedique a observar acuaticas en el rio cercano a los cortados, pero despues de una media hora localice de nuevo a los dos ejemplares posados en un saliente.

Pareja de halcones.

Estuve más de 20 minutos observandoles tan tranquilos, arreglandose el plumaje, vigilando el territorio, etc. Me marché y alli se quedaron. Ojalá elijan el lugar para criar. Sería una gran noticia.

Y para terminar con las rapaces os dejo con esta águila calzada. No es una especie propia del invierno ya que inverna en África, pero precisamente por eso la incluyo.

Águila calzada (Hieraaetus pennata).

He podido observar a este ejemplar (imagino que sería el mismo) en tres ocasiones este invierno en el Parque del Sureste. Dos veces a mediados de enero y otra a primeros de febrero. La primera vez en la vida que veo esta especie en invierno en Madrid. 

Dejo las rapaces y paso ahora a hablar de paseriformes. El que más ilusión me ha hecho, como siempre que le observo, ha sido el pico menor. El más pequeño de nuestros carpinteros es muy escaso en Madrid, por eso las pocas veces que me lo he encontrado lo he disfrutado mucho.

Pico menor (Dendrocopos minor).

En esta ocasión se trataba de un macho muy entretenido picoteando y levantando la corteza de la rama de un árbol en busca de alimento. Tan entretenido estaba que parecia ignorarme por completo, lo que me permitió buenos acercamientos en los veinte minutos que estuve viendole.


Al igual que en otras ocasiones, el encuentro con este pequeño pícido se dió en El Pardo, un lugar en el que siempre se encuentran sorpresas.


Otros pajarillos que fotografié este invierno, más tipicos de la estación por ser invernantes en mayor o menor medida, fueron el alcaudón real, la lavandera blanca y el escribano palustre.

Alcaudón real (Lanius excubitor).

Lavandera blanca (Motacilla alba).

Escribano palustre (Emberiza schoeniclus).

Este último, muy escaso como reproductor en la peninsula, en invierno se deja ver en Polvoranca, el parque del que ya os he hablado en otras ocasiones  y que tantas y tan buenas sorpresas da a los pajareros. 

Paso a hablar de las aves acuaticas, empezando por la grulla. Esta especie en Madrid se ve en paso, lo que al final se traduce practicamente en todo el invierno, con bandos yendo y viniendo por toda la comunidad.

Grulla común (Grus grus).

Grulla "trompeteando".

Aunque se puede oir su trompeteo que nos ayuda a descubrir bandos en el aire, en ocasiones de cientos de ejemplares, para observarlas posadas hay que salir de Madrid e ir a las cercanas Extremadura o Castilla la Mancha, donde invernan en grandes números. Estas fotos son de un humedal manchego.

Similares a las grullas son las garzas. Las que nos visitan o aumentan su número en invierno son la garza real, la garceta común, la garcilla bueyera y en los últimos años aunque mucho más escasa la garceta grande. De todas ellas la que mejor he podido fotografiar este año ha sido a la pequeña garcilla bueyera que cuenta con dormideros de cientos de ejemplares en el Parque del Sureste.

Garcilla bueyera (Bubulcus ibis).


Y ya para terminar os voy a hablar de un lugar nuevo que he conocido este invierno. Madrid Rio, el parque que ha quedado en la ribera del rio Manzanares a su paso por la ciudad de Madrid tras el soterramiento de la M-30, permite la observación de una cantidad y variedad de aves realmente sorprendente, mucho más sabiendo que está practicamente en medio de la capital de España.

Lo más habitual, sobre todo en invierno, son las gaviotas.

 Gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus) en plumaje de verano.



Gaviota reidora en plumaje de invierno.
 
Las reidoras son una de las especies más numerosas. Algunasde ellas ya habían mudado a plumaje de verano (con la cabeza negra) en el mes de febrero. Otras estaban a medias y otras seguian con plumaje de invierno.

La otra especie más numerosa es la gaviota sombría, de la que se pueden ver ejemplares con plumaje de todas las edades.

Gaviota sombría (Larus fuscus)

Un ejemplar de esta especie me brindó un rato muy bueno al poder observar como empezaba a devorar una carpa enorme que no se como había sacado del agua.

Gaviota sombría devorando carpa.

 

Por último, de entre las habituales aunque mucho más escasa, la gaviota patiamarilla:

 Gaviota patiamarilla (Larus michahellis).

Como veis este lugar es magnifico para obervar de cerca y fotografiar a placer a las gaviotas. También otras especies, como los cormoranes grandes, demuestran que el transito de gente termina por acostumbrar a los ejemplares habituales del lugar a la presencia humana, permitiendo asi acercamientos impensables en otros lugares.

Cormorán grande (Phalacrocorax carbo).

 Cormorán grande en plumaje nupcial.


Pero, además de estas especies habituales, Madrid Rio es un lugar lleno de sorpresas. Por ejemplo, he podido observar aqui halcón peregrino, martín pescador, avión roquero, el paso de cientos de grullas y, la guinda, un águila imperial de quinto año ¡en plena ciudad!. El pasillo que forma el rio es sin duda utilizado por muchas escecies que quieren atravesar Madrid y que nunca pensariamos poder ver en la capital. 

Otra sorpresa, aunque esta seguramente procedente de algún escape, son la pareja de gansos del nilo que han pasado el invierno en el lugar.

 Ganso del nilo (Alopochen aegyptiacus).

 Pareja de gansos del nilo.

Con esto me despido, no sin antes agradecer a Mariano Martínez, autentico centinela de Madrid Rio, el haberme descuvierto este lugar. A mi y a tanta gente más, pues Mariano vigila el lugar practicamente a diario y divulga al máximo lo que aqui se ve para que la gente conozca el tesoro que esconde la ciudad. Podeis ver su blog en la lista de la columna derecha. Ya os adelanto, que además de las sorpresas que os he comentado antes, Mariano ha observado en el lugar varios ejemplares distintos de águila imperial, además de águila real, calzada y culebrera. Y entre las gaviotas ha visto argentea, cabecinegra y cana. Por poner sólo algunos ejemplos.

Nada más, gracias por seguir el blog y hasta pronto.


viernes, 15 de marzo de 2013

Terminando el invierno (Parte 1ª)

Una vez más, casi sin darme cuenta, han pasado varios meses sin que actualize el blog. Tantos como tiene el invierno que está a punto de acabar. Asi que voy a intentar resumir, en un par de entradas, lo más interesante que he encontrado en este tiempo.

Empiezo por los patos, unos de los protagonistas de esta estación sin duda.

Porrón moñudo (Aythya fuligula), macho.

En el Parque Regional del Sureste se pueden ver porrones moñudos y europeos, ánades azulones y frisos, cercetas y cucharas principalmente. Y, aunque no son patos propiamente, también somormujos lavancos y zampullines chicos y cuellinegros.

Porrón moñudo.

Cerceta común (Anas crecca), macho con plumaje a medio camino entre eclipse y verano.

 Zampullín chico (Tachybaptus ruficollis) en plumaje de invierno.

Sin embargo, además de las especies más habituales, siempre se registran observaciones de otras menos habituales o incluso de autenticas rarezas. Hace tres años localizamos un macho de porrón osculado por ejemplo. Y este año, la estrella del lugar ha sido una hembra de porrón acollarado.

Porrón acollarado (Aythya collaris), hembra.

Este pato, que vive en Ámerica del Norte, es un divagante raro en Europa y rarísimo en la Peninsula Ibérica. En el caso de esta hembra se ha tirado más de un mes en un tramo poco accesible del rio Jarama junto a un grupo de porrones moñudos.

Otra rareza, aunque cada vez menos en Madrid, es el tarro canelo. En algunos embalses cercanos a la sierra es cada vez más habitual verlos. Puede ser una población resultante de escapes que hayan llegado a criar en libertad, o tal vez invernantes genuinos. No lo se. Lo que está claro es que están sin anillar, cada vez se les ve en mayor número y su comportamiento es genuinamente salvaje.

 Tarro canelo (Tadorna ferruginea)

Tarro canelo en vuelo.

Y para terminar con los patos os dejo una especie autoctona en grave peligro de extinción que no había podido observar hasta este invierno: la malvasía cabeciblanca.

Malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala)

El ejemplar de la foto probablemente sea un joven, aunque es muy dificil distinguirlos de las hembras, pero por lo confiado que se mostraba bucenado muy cerca de la orilla sin asustarse por nuestra presencia supongo que no es adulto. Los machos azules tienen un llamativo pico de color azul, y aunque ese día vi más de 30 ejemplares en la misma laguna, no pude acercarme mucho a ellos.

Malvasía cabeciblanca, joven.

Malvasía cabeciblanca, macho adulto.

El lugar de estas observaciones es Daimiel (Ciudad Real), pero no en Las Tablas, que este año estaban muy flojas de aves, sino en una laguna que hay a las afueras del pueblo. Resulta tremendamente sorprendente la ebullición de vida que se puede ver en este lugar para mi desconocido hasta ahora, que no cuenta con ningún tipo de protección, y que contrastaba con unas cercanas Tablas de Daimiel muy apagadas este año. Además de las más de 30 malvasías, vimos varios cientos de patos de todo tipo incluyendo tarros blancos o porrones pardos. También un  nutrido grupo de ánsares comunes, otro de flamencos, cientos de fochas y gallinetas (que se encontraban en su mayoria fuera de la láguna, picoteando el suelo en tierra firme) y, lo que más nos llamó la atención, un gran número de calamones. Dando una vuelta a la laguna contamos 10 ejemplares distintos y teniendo en cuenta los hábitos de este bicho, seguro que había muchos más escondidos entre el carrizo. En fín, os dejo unas cuantas fotos de esta laguna tan sorprendente.


 Calamón (Porphyrio porphyrio)


 
Ansares comunes (Anser anser)


Flamenco común (Phoenicopterus roseus)


A parte de Daimiel, este invierno también he visitado el Embalse de Arrocampo en Cáceres. La pena es que hubo una espesa niebla durante todo el día que dificultó mucho las observaciones y las fotos. Aún así disfruté muchisimo, lo que habla muy bien del lugar. Pude ver por primera vez en mi vida avetoro (nuestra garza más escasa y huidiza), además de garza, real, garcetas grande y común, garcilla bueyera, cormoranes, calamones, avefrías, escribano palustre, pechiazul, aguiluchos laguneros, esmerejón, elanio...

La pena, como os digo, la niebla y las fotos. Las únicas que merece la pena enseñar son las de esta pareja de nutrias, especie que no tengo oportunidad de ver todos los días, con las que me deleité durante más de una hora mientras nadaban juntas, compartian sus capturas, se escondían entre el carrizo y volvian a salir para nadar juntas de nuevo. Cosas del celo supongo.

 Pareja de nutrias (Lutra lutra)

 Nutrias en la niebla.
 
Con esto termino por hoy. Pronto la segunda parte.

Un saludo.